domingo, 29 de mayo de 2011

Juan Ramón Jiménez



Hoy es el aniversario de la muerte de Juan Ramón Jiménez que sucedió allá, en San Juan de Puerto Rico en el año 1958. Poeta exilado de una dictadura férrea que no permitió, ni siquiera a sus poetas, hablar con otras palabras que no fueran las marcadas por el régimen. La muerte lo encontró viejo, cansado y enormemente triste. Tristeza sempiterna del poeta que se hizo inmensa tras la muerte de su mujer Zenobia Camprubí. Ni el reconocimiento mundial de su valía, remarcado con el Premio Nobel en 1956, pudieron atenuar su pena y su nostalgia. Aquí dejo uno de sus poemas más melancólicos, una despedida sencilla...

EL VIAJE DEFINITIVO

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando.
Y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido,
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y lejos del bullicio distinto, sordo, raro
del domingo cerrado,
del coche de las cinco, de las siestas del baño,
en el rincón secreto de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu de hoy errará, nostáljico...

Y yo me iré, y seré otro, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

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